La Guardia Civil, a través de las redes sociales, ha puesto en marcha una campaña para concienciar de la importancia de educar a todos los perros en general y a los denominados potencialmente peligrosos en particular.
En este sentido, la Benemérita afirma que: «No hay razas de perros peligrosos. La educación, disciplina y cuidados que reciban marcarán la futura conducta del animal». Porque como dice la campaña Ellos aprenden lo que tu les enseñas.
En la misma línea, la campaña culpa a los propietarios de convertir animales cariñosos y serviciales en agresivos. «Los humanos me compran. Los humanos me sobrecrían. Los humanos me cortan las orejas. Los humanos me golpean. Los humanos me hacen pelear y ¿soy yo a quién quieren prohibir?, ¿soy yo el que recibe la peor parte?, ¿soy yo el que causa miedo?».
Perros abandonados. Unas afirmaciones con las que también coinciden en el albergue Arca de Noé, donde actualmente tienen a nueve perros de los denominados potencialmente peligrosos, lo que supone un 4,5% del total de canes que tienen en sus instalaciones.
En este sentido, Marta Guillén, integrante de la Junta Directiva de la protectora, afirma que «el problema no es la raza del perro, sino quien lo ha tenido antes».
Actualmente el número de perros potencialmente peligrosos que hay en el albergue es relativamente bajo, pero cuando entró en vigor la nueva normativa llegaron a tener 25, lo que supone un 12,5% del total. Además estos animales tienen el problema añadido de que es más difícil que los adopten.
En cualquier caso, el número de animales de estas razas no deja de crecer en la ciudad. En lo que va de año, según el registro municipal, se han dado de alta 47 perros de estas razas, en 2019 fueron 70, en 2018 fueron 64 y en 2017 llegaron a 75.