La ministra francesa para la Transición Ecológica, Barbara Pompili, ha anunciado este martes la aprobación de una batería de medidas para la protección de la fauna salvaje en cautiverio, entre ellas la prohibición a los circos ambulantes de tener grandes animales salvajes y, a partir de 2022, a los delfinarios de tener orcas.
La misma prohibición se aplicará a la tenencia de delfines a partir de 2027, mientras que desde la Administración han prometido a los circos ayudas para adaptar los espectáculos «de acuerdo con la eliminación progresiva de los animales salvajes, así como financiación para los zoológicos para mejorar el bienestar de los animales».
«Es tiempo de que tengamos una nueva relación con animales salvajes como elefantes, monos, delfines o visones», ha incidido Pompili en el comunicado emitido por el Ministerio para la Transición Ecológica.
Mejorar las condiciones de los animales
Tras varios meses de debates, «se han identificado proyectos prioritarios para mejorar las necesidades fisiológicas de la fauna salvaje en cautiverio, en particular en circos, delfinarios, zoológicos y granjas de pieles de visón», ha explicado. Estas últimas cerrarán para 2025, como se detalla en el comunicado.
Por tanto, se intensificará la vigilancia y el control de las actividades que impliquen el uso de animales salvajes para «acabar con las situaciones ilegales» y que servirán como base para «medidas más ambiciosas».
Respecto a los animales acuáticos, han prohibido la emisión de licencias para la apertura de nuevos establecimientos que tengan cetáceos con fines de entretenimiento, la reproducción de cetáceos en cautiverio y la introducción de nuevos cetáceos con fines de exhibición.
También han prohibido la expedición de permisos para nuevos circos itinerantes que tengan animales de las especies incluidas en la ley y la cría de especies salvajes en los mismos.
Por último, han introducido normas para mejorar el bienestar de los animales de determinadas especies en los zoológicos, como el oso polar, con medidas como la temperatura, y de control para los espectáculos en estos recintos, como prohibir que el público toque a los animales.
«Se trata de una transformación que no va en contra de los profesionales de estas áreas, que estarán acompañados por el Gobierno y que representará un gran paso adelante para la condición animal en Francia», ha concluido Pompili.