En la Región de Murcia, sacarse el carné de conducir se ha convertido en una auténtica odisea. Las demoras para acceder al examen práctico pueden llegar hasta los tres meses, una situación que está afectando gravemente tanto a los alumnos como a las autoescuelas. La causa principal de este problema es la falta de examinadores, un déficit que ha sido denunciado reiteradamente por la Asociación Regional de Autoescuelas de Murcia (Aramur).
El examen práctico es una de las fases clave en la obtención del permiso de conducción, y el colapso actual está generando frustración e incertidumbre entre los aspirantes. Muchos de ellos han completado ya sus clases prácticas, pero no pueden avanzar porque no hay fechas disponibles para examinarse. Esta situación, además de retrasar su incorporación al mundo laboral o a la universidad en algunos casos, también implica un sobrecoste económico, ya que deben seguir pagando clases para no perder la práctica adquirida.
Desde Aramur advierten que esta situación no es nueva, pero ha empeorado significativamente en los últimos meses. El motivo es claro: no se han cubierto las plazas vacantes de examinadores y la plantilla actual no es suficiente para asumir la carga de trabajo. Esta carencia no solo ha generado listas de espera interminables, sino que también ha aumentado la presión sobre los examinadores existentes, que se ven obligados a asumir jornadas intensivas.
Las autoescuelas, por su parte, se ven atrapadas en una encrucijada. No pueden garantizar a sus alumnos una fecha para examinarse, lo que repercute negativamente en su reputación y en su planificación interna. Además, los centros denuncian que no es justo que se les responsabilice por los retrasos, ya que el problema tiene su origen en una mala gestión por parte de la administración.
Aramur ha solicitado una solución inmediata: ampliar la plantilla de examinadores de manera urgente y valorar la posibilidad de externalizar parte del proceso de evaluación si no se puede asumir la demanda. Sin embargo, por el momento, las respuestas han sido vagas y no se han tomado medidas concretas para solventar el problema.
Este escenario no es exclusivo de Murcia, pero en la región se ha acentuado especialmente por el crecimiento de la demanda y la falta de planificación por parte de la Dirección General de Tráfico (DGT). La consecuencia es un servicio colapsado, ciudadanos desatendidos y un sistema que necesita una revisión urgente.
El carné de conducir sigue siendo un requisito esencial para muchos jóvenes murcianos que quieren acceder a un empleo o desplazarse con autonomía. Por eso, resulta vital que las autoridades competentes actúen con diligencia y propongan soluciones reales. No se trata solo de aprobar un examen, sino de garantizar un derecho básico a la movilidad y a la formación.
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