El reciente estudio de muerte súbita llevada a cabo por un equipo de investigadores australianos, identificó un marcador bioquímico que se encontraba en la sangre de los recién nacidos que, podría llegar a detectar en los bebés el riesgo con el que cuentan de sufrir una muerte súbita del lactante o SMSL. Este estudio es un avance para futuras intervenciones de prevención de las tragedias relacionadas con este tipo de casos que se han dado a lo largo de la vida.
Es esta investigación, se pudo apreciar que los recién nacidos que murieron en manos de la muerte súbita, era debido al bajo nivel que contaban de una enzima llamada bultirilcolinesterasa o BChE a las pocas horas de su nacimiento. Esta enzima BChE tiene un papel importante en la activación del cerebro, y los niveles bajos producidos en ese momento, reducían la capacidad del bebé dormido para despertarse y, también, para poder responder a cualquier entorno.
Estos nuevos hallazgos realizados por el equipo australiano «cambian toda la perspectiva que teníamos antes sobre este factor y, no solo ofrecen esperanza para los futuros bebés, sino que también respuestas para los casos antiguos», aportó la doctora Carmel Harrington del hospital Pediátrico de Westmead, en Australia, líder de esta investigación.
«Un bebé recién nacido que está sano aparentemente y no se despierta nunca más es la pesadilla de cualquier padre y hasta el día de hoy no había ningún índice para saber que bebé podría sucumbirla» comunicó Harrington. «Pero ese ya no es el caso, porque hemos podido encontrar un marcador que nos ofrece la oportunidad de saber la vulnerabilidad que tiene antes de la muerte.
A través de la utilización de gotas de sangre secas tomadas en el parto como parte de un programa que ayudan a detener la muerte súbita en recién nacidos. El equipo de Carmel comparó los niveles de BChE en las diferentes muestras de 26 bebés que murieron por esta misma causa, 41 que murieron por otros factores diferentes y casi 700 que sobrevivieron tras el parto.
Investigación de la muerte súbita
El simple hecho de que los niveles que tenían los bebés de enzimas fueran bastante más levs que lo que murieron de SIDS, nos dice que estos eran intrínsecamente mucho más vulnerables a la disfunción del sistema nervioso autónomo, encargado de controlar todas las funciones involuntarias e inconscientes de su propio cuerpo.
El propio hecho de no poder despertarse cuando es apropiado ha sido durante bastante tiempo un factor clave de la vulnerabilidad presente en un bebé al SIDS, dijo el equipo en eBio Medicine de The Lancet.
La muerte súbita es la muerte inexplicable de un recién nacido que estaba aparentemente sano mientras intentaba dormir. Es necesario realizar muchas más investigaciones como esta con total urgencia, para poder saber si la medición que se lleva a cabo de la BChE puede ayudar de manera exponencial a prevenir las futuras muertes por muerte súbita, ha concordado el equipo australiano de esta investigación.