En los últimos años, los influencers han transformado la industria turística, promoviendo destinos a través de contenido visual y recomendaciones en plataformas como Instagram y TikTok. Sin embargo, su impacto genera debate sobre si su influencia es una bendición o una amenaza para el turismo local.
Beneficios para el turismo local
Los influencers pueden revitalizar destinos al atraer a una nueva generación de turistas, promoviendo lugares menos conocidos y generando visibilidad global. Según estudios recientes, más del 70% de los viajeros se inspiran en redes sociales para elegir destinos.
Su capacidad para crear contenido atractivo ha sido utilizada estratégicamente por muchas empresas para destacar destinos específicos y generar confianza entre los consumidores, gracias a las recomendaciones auténticas y experiencias personales compartidas.
Problemas y amenazas
Por otro lado, la viralización de ciertos lugares puede llevar a problemas como la masificación turística y la falta de sostenibilidad.
Lugares como las playas de Albania o las islas Phi Phi en Tailandia han experimentado un crecimiento descontrolado debido a campañas de influencers, lo que ha impactado negativamente en su ecología y comunidad local. En muchos casos, estas visitas generan un turismo superficial, centrado en el «postureo» y no en la auténtica experiencia cultural.
Impacto en destinos de España
En España, lugares icónicos como la Plaza de España en Sevilla, La Alhambra en Granada, o el Parque Nacional de las Islas Cíes han experimentado un aumento significativo de turistas debido a la popularidad en redes sociales. Aunque esto ha impulsado la economía local, también ha planteado desafíos:
Masificación en Barcelona y Mallorca: El exceso de visitantes en lugares como la Sagrada Familia o las playas de Mallorca ha generado tensiones con los residentes locales, que denuncian una pérdida de calidad de vida y la saturación de servicios básicos.
Turismo rural en auge: Por otro lado, influencers han impulsado destinos menos convencionales, como pueblos de la Ruta de los Pueblos Blancos en Cádiz o zonas rurales de Asturias y Cantabria. Este tipo de promoción ha fomentado un turismo más equilibrado, aunque la infraestructura en algunas zonas no está preparada para grandes flujos de visitantes.
¿Cómo se puede gestionar este fenómeno?
Para mitigar los riesgos, es esencial que las colaboraciones entre influencers y destinos turísticos sean más transparentes y responsables. Esto incluye promover prácticas de turismo sostenible, asegurándose de que las comunidades locales se beneficien del flujo de turistas. También es crucial establecer límites en la capacidad de carga de los destinos y fomentar campañas educativas sobre el impacto del turismo masivo.
Los influencers no son inherentemente una amenaza, pero su impacto depende de cómo se gestione su colaboración con el sector turístico. En el caso de España, su influencia puede ser tanto una oportunidad para diversificar destinos como un reto en la gestión de los lugares más visitados. Un enfoque equilibrado puede convertirlos en aliados para un turismo más sostenible y beneficioso para las comunidades locales.